viernes, 17 de mayo de 2013

El límite lo ponen ellos (en el año 2009)

(continuación de Una pareja iniciándose es el SW)

I

Al día siguiente por la noche tomando una caña en la cafetería que se convierte en restaurante, me encontré con Jorge. Qué tal Alfonso cómo estás?, bien le dije, y tú?, pues ya ves acabando la jornada, hasta los cojones de mi puto jefe. Dónde anda Paula?, le pregunté, pues de fiesta con las amigas, me contestó cabreado, son todas unas golfas, apostilló, bueno, todas no, le dije, ya, ya me entiendes, respondió Jorge, pues no, no te entiendo, amigo, le respondí yo. Rápidamente Jorge cambió de tercio, echándome el brazo por encima del hombro me dijo, es que con una mujer como la tuya no puedes quejarte, está tan buena y es tan guapa que si no fuera porque está casada contigo iba a por ella y le echaba unos polvos bien dados, y ¿cómo debe mamarla con esa boca y esos labios carnosos que tiene¡¡, dios, dijo sentándose en la silla taburete de la barra del local. Pues, adelante, le dije, qué dices Alfonso? no lo dirás en serio, me responde con los ojos abiertos, pues si Jorge, te lo digo sin bromear, si quieres algo con mi mujer no tienes más que conseguir que ella también quiera lo mismo. Joder cómo eres tío, susurró Jorge, bueno déjate de ostias coño, os invitamos a cenar a casa el próximo viernes. Dentro de cuatro días?, le dije, si, si, dentro de cuatro días os esperamos en casa a las ocho y entre los cuatro preparamos la cena. Vale, le contesté, lo hablo con Misleidy y si no te digo nada en contra esta misma noche cuenta con nosotros, allí estaremos.

Llegué a casa, Misleidy ya había acostado a los niños y la mesa estaba preparada para la cena,  de dónde vienes a estas horas?, me preguntó, pues de la cafetería, he tomado una caña con Jorge. Durante la cena le conté con pelos y señales la conversación que mantuvimos, Misleidy se lo tomó a bien añadiendo, bueno si quiere algo que me lo diga, nos vamos los dos a follar a un hotel, no creo que a Paula le importe, ella es también liberal. Si, sería divertido, le dije, luego me cuentas qué tal y me hago una buena paja con el preservativo puesto que ya sabes que la corrida es mejor. Además haría unas fotos para ti, apostilla Misleidy, para que te pongas caliente como un cerdo, maricón. Sin darnos cuenta, empezamos a planear la cena del viernes. Llevaré a los niños a casa de mi madre, me dijo Misleidy mientras se colocaba la falda. Creo que este será el día en que nos vamos a follar a estos dos, le dije, creo que habrá sexo a tope, sí eso creo yo también, contestó ella, y ojala les convirtiéramos en nuestra pareja swinger habitual. Ligeramente emocionada, me pregunta Misleidy, no crees que sería mejor que yo llegara la primera a las ocho y tu aparecieras a las diez para que tenga tiempo de calentar el ambiente?,  sí, sí, creo que es una magnífica idea, le contesté, además a lo mejor se animan y quieren empezar antes de que tu llegues, tal vez me quieran desnudar los dos a la vez, decía Misleidy. Sería una pasada llegar y veros jugueteado los tres juntos, dije con el pene duro como una piedra.

II

Viernes por la tarde, estaba lloviendo y hacía mucho frío. Misleidy acababa de entrar por la puerta de casa, ya he dejado a los niños en casa de mi madre, mañana debemos ir a recogerlos antes de las once, me dice, mientras se descalzaba sentada en el comedor. Recuerda que hemos quedamos a las ocho, deberías ir arreglándote Misleidy, le comenté desde el baño acabando de depilarme el pubis, los testículos y la parte superior de la piernas. Si, hemos quedado a las ocho pero recuerda que tú te presentarás a las diez en punto con la escusa de una reunión, insiste Misleidy, si, si ya lo sé, pero date prisa que llegarás tarde y tiempo no nos va a sobrar con todo lo que esperamos hacer.

Misleidy se arregló con rapidez, ya estaba depilada y tan solo tuvo que ducharse, ponerse su ropa interior, colocarse las medias, ponerse el tanga, sujetarse el liguero, ajustarse el sujetador, maquillarse, perfumarse y pedirme que le colocara el precioso collar de perlas que le regalé en nuestro primer aniversario de boda. Que bien me colocas el collar, me dijo, mientras se agachaba para sacarme la polla y chupármela, esto es lo que le haré a Jorge antes de que tú llegues, me dijo. Minutos después, más relajado, sentado en el sofá del salón la vi entrar con el vestido corto negro transparente con encajes blancos en el cuello, casi cubriendo sus medias y dejando transparentar la silueta de su tanga, mientras ella introducía en su bolso de mano la barra pintalabios, preservativos y un pequeño vibrador. Hasta luego, le dije al despedirla en la puerta de casa, nos vemos a las diez en casa de Paula, me contestó, suerte, le dije.

Hacía frío, llevaba casi dos horas imaginando todo lo que podría estar pasando en aquella casa, me dolían los huevos de tanto imaginar, ya me dirigía hacia allí. A las diez de la noche en punto llamé al telefonillo, quién es?, preguntó Paula, soy yo Alfonso, dije enredado de frío, se abrió la puerta y me dirigí directamente al ascensor abierto. Ya en el cuarto piso, el rellano tenía solo dos puertas, una de ellas se abrió antes de poder tocar el timbre, hola Alfonso, me dice Paula, pasa, pasa estamos intentando cocer los bogavantes. Le di dos besos, entré en la cocina saludé a Jorge y besé a Misleidy, cómo, aun estáis así?, pregunté con voz juguetona, si, ya ves, contestó Misleidy, los bogavantes le dan miedo a Jorge y hemos esperado a que tu llegaras. Me puse a cocer los crustáceos mientras le preguntaba a Misleidy en voz baja, ha pasado algo especial entre tú y ellos?, nada, de nada, lo he intentado todo, este tío es tonto de remate y ella no se atreve a nada, exclamó decepcionada. Este tío ha pasado de mi todo el rato y mira que me insinuado a base de bien, incluso cuando él bajó al trastero a por unas Coca-Colas le acompañé a pesar de que no quería, fíjate, me decía Misleidy, en el ascensor le cogí la mano y él me la soltó, pero es que en el trastero cuando él sostenía la caja de refrescos le he acariciado las nalgas y ni se inmutó. Vaya con el chico, le dije.

III

La cena duró lo justo, los tres Misleidy, Paula y yo tuvimos que aguantar con paciencia y buen humor a un Jorge malhumorado y sin ganas de divertirse. Tengo mucha tensión en el trabajo, mira incluso tengo una fuerte contractura en la espalda, me decía, mientras se cogía el hombre izquierdo, pues no te preocupes, le dijo, Misleidy si quieres te puedo dar un masaje cuando acabemos de cenar, se me dan muy bien. Una vez retirada la mesa, nos preparamos unas copas, Paula puso unos DVD con video clips de excelente música, nos fuimos sentando cada uno al lado de su pareja. Jorge siguió con lo de su dolor de espalada, Misleidy le cogió de la mano y le dijo, venga vamos a tu habitación a darte un buen masaje para que mejore tu contractura, le convenció y se lo llevó a la habitación de invitados, pero no a su habitación de matrimonio tal como le había indicado Jorge. 

Una vez solos en el salón me acerqué junto a Paula, puedo sentarme a tu lado?, le dije, por supuesto que sí, me encanta que lo hagas, dijo Paula. Sentados juntos escuchando el videoclip me dirijo a ella, te apetece que te de un masaje en los hombros, claro, contestó Paula, dámelo no vaya a ser que Jorge sea el único que se lo vaya a pasar bien esta noche. Me levanté del sofá y me dirigí detrás de éste hasta tener enfrente de mí la espalda de Paula, espera un momento que me desabrocho unos botones de la blusa para que puedas masajearme más cómodo, me dijo apresurada. Empecé por los hombros suavemente y a la vez que ella me acariciaba el dorso de las manos fui bajando hasta que me encontré con sus pechos dentro del sujetador, puedo?, le pregunté, si, si, sigue, me encanta, dijo Paula, yo en Bogotá era swinger, me encanta el rollo liberal. Mientras mis manos sentían parte de sus pechos mis dedos buscaron sus pezones y al sentirlos erectos los cogí con cuidado masajeándolos con intención de que Paula se excitara con ello, qué tal, te gusta?, sí, me encanta, más fuerte Paula?, si, apriétalos más, Alfonso. Ella giró su cara, me sujeto la nuca con su mano izquierda y buscó mis labios, nos besamos, nuestras lenguas buscaban el tacto rugoso y húmedo de la otra, jadeando inclinó mi cabeza y la llevó junto a sus pechos, chúpalos, me dijo, mientras tanto oíamos hablar a Jorge y a Misleidy  sin prestar mucha atención a lo que decían. Me di cuenta que su mano derecha se encontraba dentro de su tanga rojo y mientras seguía chupándole los pezones me bajé la cremallera sacándome el pene erecto, húmedo, rojo y terso, ella se dio cuenta y me dijo, ven acércate que te mamo esa polla rica y gorda que tienes aquí, incorporándose en el sofá y girándose un poco a su izquierda. Ella no dejó en ningún momento de masturbarse el clítoris, se podía percibir el tenue chapoteo de su vulva húmeda. Levántate Paula, le dije, ven acércate a mí, mientras me agachaba a la altura de su pubis, uumm que rico me lo comes, susurraba Paula mientras le masajeaba su clítoris con la punta de la lengua ayudada por la presión de mis labios. El cuerpo de Paula se veía sacudido por pequeños temblores, ya es la hora pensé, me levanté y con mucha delicadeza me puse a sus espaldas y levantándole su minifalda con vuelo le sujeté el tanga para bajarlo y dejárselo justo por encima de las rodillas, ella se inclinó hacia delante y metiendo el brazo por entre sus piernas agarró mi polla masajeando con sus dedos mi glande repleto de líquido viscoso se lo introdujo ella misma en su propia vagina tras ponerle la gomita, chorreaba y se mecía para que la penetrara bien hondo, me decía, dame cachetes en las nalgas, empuja con fuerza y no pares. El jadeo de Paula se convirtió en un continuo suspirar, mi polla jugaba dentro de su vagina, los dos nos hundíamos en el placer, al rato oigo, Alfonso que me voy, si Paula vete que te sigo, Alonso dale fuerte, si Paula, toma y toma aquí lo tienes todo para ti. Después nos callamos, el silencio entró a formar parte del juego y saboreando la tremenda corrida nos sentamos mientras le ayudaba a subirse el tanga y a abrocharse la blusa, finalmente nos dimos un beso. Que rico, me dijo.

IV

Algo debió ocurrir en la habitación de invitados cuando oímos los tacones de Misleidy dirigiéndose hacia el salón. Por la puerta del salón aparece la cara de Jorge, qué coño hacíais, dijo sentándose junto a Paula, nada dijo ella, escuchando música y escuchando lo que hacíais vosotros. Sírveme una copa que estoy muerto de sed, le dijo con voz muy atenuada. Misleidy se había sentado a mi lado y también le pidió una copa a Paula, si, ahora te la sirvo, le contestó, quieres una Alfonso, pues si gracias Paula, te lo agradezco. Que tal te los has pasado bribón?, le preguntó Misleidy a Jorge, cómo me lo he pasado?, exclamó él, si, Jorge, eso mismo, le dijo Misleidy, pues bien, contestó. Paula sirviendo las copas exclamó, vaya Jorge qué estabais haciendo, se oía mucho movimiento?, no que va, dijo él, entonces por qué estás tan acalorado?, dice Paula mientras le da un beso en los labios. Cuéntanos Misleidy, qué ha habéis hecho allí solos tanto rato?.

Misleidy con la copa en la mano se incorporó en el sofá junto a Alfonso y se sentó cómodamente mientras cruzaba sus piernas. Pues verás Paula, hemos entrado en la habitación, él se ha quitado la camisa y se ha tumbado en la cama. Una vez que en esta posición yo me he sentado encima de sus nalgas y le he empezado a dar un buen masaje. Trascurrido un buen rato le he pedido que se diera la vuelta y sentada a su derecha le he masajeado la cara y luego los pechos, acariciándole los pezones y aprovechando para chupárselos un poco. Jorge muy sonrojado en todo momento ha estado jadeando y casi inmóvil hasta que ha sentido que le estaba acariciando el pene por encima del pantalón cuando me dice, qué haces? no ves que puede entrar Paula, pues mejor si entra, así jugamos todos, le contesté. Su pene estaba tan duro que no me quedó otro remedio que  bajarle la cremallera, quitarle el cinturón, desabrocharle el pantalón y liberarle la polla dejando que se pusiera tiesa y erguida, después de lo cual, se la he acariciado iniciando un masaje en toda ella. Te gustó?, le preguntó Paula a Jorge, pues no sé, dijo Jorge, todo lo hacía ella, bueno pero tú estabas tieso, no?, le decía Paula, si pero no es lo que tú te piensas, coño, contestó toscamente Jorge. Prosigo, dijo Misleidy, seguí con la paja y chupándole el rabo cuando él me saca los pechos del sujetador y me los empieza a apretar, con cuidado, le digo, chupa aquí maricón, señalándole mi tieso pezón. Lo cierto es que me ardían el tangas por lo cual me lo quité. Sigue joder, zorra no dejes de mover la polla, me gruñe Jorge, bien tranquilo, le contesto cogiendo su mano y poniéndomela en mi pubis mientras él se queda inmóvil y empieza a acariciármelo, Jorge un poco más abajo, dice Misleidy que le dijo, qué quieres que haga?, me pregunta, tócame el clítoris joder, le contesté. Déjame que te la meta Misleidy, sí métemela pero antes ponte este preservativo, cómo un condón?, ni hablar de condones, imposible, yo con eso no puedo, pues si no hay gomita no me la metes Jorge, pues que putada, joder, contesta él. Yo seguí mamándosela, continua contando Misleidy, mientras yo misma me masajeaba el clítoris hinchado, cuando de pronto Jorge me dice, deja que ya sigo yo con la paja, bien le digo, como quieras. Él se incorpora, se baja los pantalones y sus calzoncillos blancos por debajo de las rodillas y se pone encima de la cama a cuatro patas diciéndome, anda tócame el culo y méteme el dedo zorra, pero no prefieres esta cosita, mientras yo saco mi vibrador del bolso de mano, pues sí mejor, pero no me vayas a hacer daño eh, dice él. Le lubrico el ano con crema y se lo voy dilatando hasta que veo que entra el vibrador sin problema, suavemente voy introduciéndolo mientras intensifico la vibración, que rico, dice Jorge, al rato, exclama, aah, ahi, sigue, sigue que me voy a correr, no hombre espera un momento,  le digo mientras vuelvo a masturbarme. Tras unos instantes siento que Jorge intensifica de jadeo y agarrándose la polla se pega una espectacular corrida mojando todo con su semen. Después de correrse se queda relajado, se coloca los pantalones y se tumba en la cama, y me dice, no vayas a creer que soy un puto marica Misleidy, no hombre no, a muchos hombres les gusta que les follen el culo Jorge, así, pues qué bien, contestó él, quedándose tumbado a mis espaldas. Sentada en la cama yo prosigo con lo mío, estaba ardiendo y deseaba tener un buen orgasmo, cojo de mi bolso una goma y se la pongo al vibrador, le doy marcha a mi vagina y le pido a Jorge que me acaricie los pezones, no tardé mucho en correrme, dijo Misleidy y con un gesto con las manos dio por acabada la historia. Paula estaba recostada sobre el pecho de Jorge, acariciándoselo, y Alfonso me besaba la mano, las copas estaban vacías y el ambiente somnoliento, es hora de marcharse, dijo Misleidy, mañana tenemos cosas que hacer.

Después de aquella cena con sexo, estuvimos sin vernos varios meses. Un buen día Misleidy recibió una llamada de Paula invitándola a salir a cenar, Misleidy accedió. Salieron a cenar, Misleidy llego a casa a las seis de la mañana. Antes de acostarse dándome un beso en la mejilla me preguntó, estás despierto?, sí, le contesté, pues tengo unas fotos que enseñarte, me susurro en el oído.

(Autor/a: el nombre de la otra chica y el chico son ficticios) (reservados todos los derechos)

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